LA IMPORTANCIA DE REGULAR Y SIMPLIFICAR EL LENGUAJE PÚBLICO

Con especial agradecimiento, por su gentil colaboración,

a mi colega

Melba Carlos Balbuena de Díaz*


Introducción



Como es de conocimiento de la comunidad universitaria, el reconocido lingüista español Daniel Cassany visitó nuestro país y ofreció el pasado jueves 13 de agosto una estupenda clase magistral sobre la regulación y simplificación del lenguaje público en las entidades del Estado, con ocasión del conversatorio “Escritura y democracia: políticas hispanas de acceso a la información”. La cita se llevó a cabo en el Auditorio de Humanidades de nuestra Universidad.

Durante su intervención, Cassany, profesor e investigador de Análisis del Discurso del Departamento de Traducción y Filología de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, presentó algunas de las políticas que han adoptado los gobiernos de España, México y Chile para simplificar el lenguaje de los documentos de las instituciones públicas con el fin de garantizar el ejercicio de los derechos y deberes de la ciudadanía en democracia.

El evento estuvo organizado por nuestro Instituto de Democracia y Derechos Humanos, el Departamento de Humanidades, la Maestría en Lingüística y el Grupo Textus - Investigación en competencias comunicativas.
Resumen de la ponencia


El proyecto del LENGUAJE LLANO se enmarca en un contexto de necesarios cambios en el uso de la escritura para cumplir con las exigencias que tienen que afrontar los ciudadanos del mundo actual.

La escritura modela nuestra mente y nuestra comunidad, y no debemos olvidar que estamos pasando ya por la tercera revolución comunicativa: INTERNET. Si la primera revolución trajo el lenguaje hablado y la segunda nos proporcionó la escritura, la red de redes - la tercera revolución - nos presenta en pleno siglo XXI un mundo que piensa y se comunica de manera muy distinta a como lo hicieron las generaciones que vivieron y despidieron el pasado siglo XX.

Por ello, al hablar de un cambio cultural , nos deberiamos referir también a un cambio de valores: Pasar de lo oscuro a lo claro, de lo complejo a lo simple. El lenguaje actual es una herencia del pasado. La burocracia tradicional cultiva aún un estilo complejo y oscuro. Los ciudadanos, en cambio, tienen derecho a pasar por la experiencia de un trámite simplificado, eficaz y con menor costo. Así, un texto con lenguaje llano tiene un diseño racional, que permite encontrar la información importante sin dificultad. Se puede entender a la primera sin dejar de cumplir con los requisitos legales, pues utiliza un lenguaje apropiado al lector y al documento. En consecuencia, trae beneficios como la comunicación, la identidad y nuevos valores y actitudes.

Panel de Comentaristas

Dr. Walter Alban
Decano de la Facultad de Derecho de la PUCP

Ex-Defensor del Pueblo

En la Constitución Política del Perú figura el castellano como lengua oficial.
Actualmente 3’000,000 de peruanos hablan quechua y 4000, 000 se expresan en aymara. Sumando a los hispanohablantes nativos con dificultades para comprender un texto, podemos ir entendiendo la dimensión demográfica del problema. Sin embargo, algunos países hacen esfuerzos que coinciden con esta iniciativa (proyecto del LENGUAJE LLANO).

Hasta en nuestra literatura podemos encontrar testimonios del sentir de la población ante el lenguaje enrevesado y difícil de los documentos legales. En efecto, existen dos textos de la literatura peruana donde se hace referencia a la incomunicación. Julio Ramón Ribeyro hace mención al temor de la incomunicación cuando dice:
“¿Paulina, no te da miedo los juicios?”. Aquí se demuestra el temor al lenguaje judicial, inclusive el temor existente en los mismos estudiantes de Derecho. Luis Pásara habla de estos temores tanto dentro como fuera del campo. En la obra “El mundo es ancho y ajeno”, está el personaje clásico que se siente un viajero extraviado en un páramo. Juzga Pásara que debería existir normas que no sean incomprensibles, sino al contrario, comprensibles para todos.

El Dr. Albán, casi al final de su intervención, hace referencia a un amigo alemán que planteó esta sugerencia y mostró una sentencia penal que todos comprendían. Los documentos deben estar redactados en función de las partes quienes participan y no solo de los abogados.



Paola Cépeda
Licenciada en Lingüística hispánica
Magister en Lingüística

Nosotros, los usuarios del idioma castellano, somos buenos lectores para algunos tipos de textos pero no para otros. Comprender lo leído está relacionado con nuestro desenvolvimiento en determinados contextos.
Al respecto, los hablantes de lenguas nativas tienen una doble carga, pues la mayoría de los textos burocráticos están redactados en castellano.

Las formas lingüísticas se vinculan con prácticas específicas de un grupo social.
Cuando se redactan textos para las instancias gubernativas o privadas no se suele considerar esto y resulta un texto ininteligible. Esto es problemático porque dichos documentos contienen información valiosa para que el ciudadano ejerza sus deberes y derechos. Ello nos impide participar en una comunidad plenamente democrática, ya que nos aísla y hasta nos divide.

Optar por la llaneza del lenguaje es elegir la claridad, la precisión y la consistencia.

Papel de los lingüistas y educadores:

1) estudiar y analizar este fenómeno
2) intervenir, hacer algo

Los funcionarios públicos también deben poner de su parte en adaptar su lenguaje a las características de la población.
Por su parte, la población debe estar atenta, mostrar interés por exigir transparencia y claridad.



Lic. Luis Eduardo Garcia
Poeta, narrador y periodista.
Decano de la Facultad
de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Privada del Norte de Trujillo

Como periodista, se siente obligado a escribir y que todos lo entiendan. Como lector, siente la necesidad de prestar cuidadosa atención en los textos oficiales. El proyecto de lenguaje llano es una preocupación fundamental para nosotros, para lograr una sociedad justa.

Luis Eduardo García, retoma las palabras de Cassany y aplica los beneficios del lenguaje llano a nuestro contexto nacional:

1. Comunicación de mensajes, rápidos, económicos y sin intermediarios.
2. Construcción de la identidad (imagen más nítida y confiable de la administración pública)
3. Elaboración de conceptos y valores (confianza en el Estado por su eficiencia (es ágil y sin errores), aumenta la transparencia y disminuye la corrupción

El lenguaje llano es una necesidad para mejorar nuestra alicaída democracia y dejar la informalidad. Es una oportunidad histórica para que las reformas burocráticas permitan construir una cultura distinta, mas participativa

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* Melba Carlos Balbuena de Díaz es Licenciada en Educación.

Actualmente se desempeña como docente en la UNIDAD INFORMÁTICA del INSTITUTO PEDAGÓGICO NACIONAL DE MONTERRICO

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